domingo, 18 de diciembre de 2011

Tras arrojar la piedra al estanque

Arrojo una piedra al estanque
tunel y ondas expansivas se disuelven
llegando casi hasta mi.

Todo vuelve a su quietud inicial
pero ahora está mi piedra
en ese fondo.


Las ondas concéntricas van y vuelven.
Van y vuelven.
Una sola vez
para cada piedra.

Mi corazón no es un estanque sin visitas.
Es un jardín subacuático, obra de sucesivos jardineros
Es un parque infantil escenario de risas y juegos
y en mi lecho de arena y roca
de guijarros y algas y suaves corales
albergo monedas, tesoros varios
deseos, olvidos, descartes
que ahora me hacen, y fueron ajenos.


Arrojo una piedra al estanque
quizás no me agrade verlo tan quieto.

No hay comentarios: