martes, 22 de julio de 2008

FREEDOM TOWARDS

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Paul quotes Arthur Dove: Freedom doesn't mean freedom from anything, it means freedom towards something. And I recall that sick little man, all tied up by a a rope he, with a scared expression, holds tightly between his stammering teeth. Try not to keep too much inside yourself, try not to remain in a room too long: the deepest, is not intimate. It's out there. Just let the water flow in and out of your home... let the wind sweep away everything you don't need anymore. Let the fire burn it, let you yourself be incinerated by whatever is happening to you. Dust, thy will become... but very much in love. Certainly, real freedom is keeping the gift of walking away. And while walking, whistle and sway, breathing stardust and smelling lottos. Don't let anything tie you down, and least of all, your own fears. Break a habit. Don't make a habit of life's enjoyments. Be the eagle overflying the frozen peak your worldly troubles are. The good part of ropes, as of rules, as of bonds... is cutting them. What bigger pleasure may there be? Than to overcome the limit of exhaustion, and to cut with the sharpest blade and run, with the swift of flight. Be the Breeze, be the Hurricane, be the Fire, be the Flood... whichever you feel like.

I love and venere the knot that entwines us, entangling us; these silky threads we can flow in, around, about, and out... when we feel like enjoying us.


You are the bones I keep in me for nurture...

¡Soltar todo y largarse, que maravilla! Atesorando solo huesos nutrientes y lanzarse al camino pisando arcilla destino a las estrellas resplandecientes pantalones raídos, zapatos viejos sombrero de ventisca, ojo de garra escudriñando enigmas en los espejos y aprendiendo conciertos de las cigarras con amores fugaces e inolvidables con parasiempres grávidos como espuma y el acero afilado de los probables colgado vigilante, junto a la luna . ¡Soltar todo y largarse, que fascinante! Volver al santo oficio de la veleta desnudando la vida como un bergante y soñando que un día serás poeta. Silvio Rodriguez, SOLTAR TODO Y LARGARSE, album Dominguez.

martes, 15 de julio de 2008

HOGAR, LE DICEN...


Una amiga internó a su madre en un Hogar. Se trata de una casa, sin cartel en la puerta, con un living/comedor/cocina de 8x4 y habitaciones que no me atreví a visitar. En ese metraje viven 16 (si, dieciseis) adultos mayores en sus sillas de ruedas, ninguna de las cuales pasaría por la puerta, ni de hecho hallan utilidad alguna para sus ruedas, siendo que el espacio transitable queda reducido a un laberinto de obstáculos que sólo una persona ágil, delgada y muy motivada sería capaz de transitar.
No es el caso de ninguno de los habitantes de este "Hogar". Que para peor, lejos está de ser barato. Los pensionistas abonan una mensualidad de US$500 por el privilegio de que cuando hay un poco de sol, una empleada con rostro de malpaga los zarandee hacia un costado para poder airear el colchón, para que ellos sigan respirando y sus familiares pagando. Aunque más les debe importar que no se pudra el colchón, con lo caros que (les) son. Porque viejos desamparados y familiares negligentes nunca faltarán. Será la razón por la que en el barrio existen por lo menos 5 lugares similares (y mucho peores, según me informan).

La feliz parejita que regentea este depósito de ancianos demenciados, que sobreviven allí un promedio de 11 meses se embolsa mensualmente US$ 8000! A cambio de esta nada despreciable ganancia que perciben por su hospitalidad, les brindan a sus huéspedes el gran lujo sin el cual su empresa sería inviable: un pequeño televisor color con señal satelital! Dos mesas, en torno a las cuales pasan los huéspedes todas las horas de sol, y un reloj de pared, que hasta marca la temperatura. De la cual si así no fuera, jamás se enterarían, porque viven hacinados en una habitación húmeda y enmohecida de la que desde el día que ingresan, no vuelven a salir.

Nos fuimos las dos sin hablar, hasta que ella comentó "¡Que horrible terminar así!", deslindando toda responsabilidad de autoría, y pretendiendo mi complicidad. Lo cierto es que me resulta dificil mirarla a los ojos, y aún sabiendo toda la culpa y la angustia que toda la situación le provoca, no puedo comprender ni disculpar su irresponsabilidad.

Por las dudas yo aquí pregunto y doy los datos: Calle Río de Janeiro Manzana 124 Solar 5, a cuadra y media de Av. Giannatasio en Lagomar. ¿Que autoridad estatal se encarga de controlar y regular estos lugares? ¿Donde encuentro a los que deberían juzgar y encerrar a perpetuidad a esta parejita de delincuentes y todos sus colegas? ¿Ministerio de Salud Publica? ¿Ministerio de Desarrollo Social? ¿Quien se ocupa? Si alguien sabe, por favor avise.

domingo, 13 de julio de 2008


"Nuestro error capital consiste en haber supernaturalizado nuestra ideología, en vez de naturalizarla lo más posible, para ajustarnos a nuestro ambiente familiar. De ahí nuestro afectado desdén por lo real y nuestro también afectado aprecio por lo irreal. Así es que todo resulta enclenque, cuando no falso, lo humano. No se ha comprendido aún la magnificencia insuperable, soberana, de la naturaleza y vivimos en ella como huéspedes, como seudoextraños superiores, mas no sin mover como los demás nuestras mandíbulas. Es hasta deshonesta, no ya absurda tal actitud. En tanto que la naturaleza está ahí serena, lógica, ceñida a su misión natural, nosotros, que nos hemos dejado marear por mil fantasías, nos agitamos convulsos, y quisiéramos desprendernos de ella. Nos parece que si ajustamos nuestra mentalidad a lo realmente existente, nos desinflamos por completo, y nos vaciamos como calabazas. Dicha estultez ruborizaría a un insecto."

Pedro Figari, Historia Kiria

lunes, 7 de julio de 2008

Tres Jardines



Cuando Marisa vió caer la última hoja del liquidambar, quedó presa de la misma ráfaga que arrancó a aquella, y decidió seguir su rumbo. Rió mientras la hoja bailoteaba en la ráfaga y bailó con ella. Se fue alejando calle abajo junto con la marchita vagabunda, hasta que esta se detuvo frente al portón de una casa, probablemente intimidada por los dos labradores blancos que la guardaban. Ahí se parararon Marisa y la hoja, la una esperando la iniciativa de la otra, y mientras Marisa se ubicaba en el silencio perfecto de la hoja, se aproximó la dueña de la casa, manguera en mano, a averiguar que deseaba la vecina. Nunca se habían encontrado antes las dos vecinas, y al reparar la de la manguera en el foco atencional de Marisa, sonrió y comentó que a ella también le había sucedido un otoño hace varios ya. Y sin mediar palabra, se internó en su casa y salió con dos tazas de té y un libro. Encontró a Marisa en el mismo lugar, sólo que sentada.
-Parece que la hoja se agotó. Habrá
que esperar. Tomémonos un té. Marisa la miró y sonrió, pero ya no podía articular palabra. Bebió su te.
-Ro
sario es mi nombre, y vivo aquí hace cuatro años. Estoy leyendo este libro. Escucha lo que dice aquí: "Sospecho que hoy me convierto en alma, y el alma en canción enamorada"
Cobró la hoja entonces vida, y con ella Marisa siguió por veredas y jardines sin reparar en convenciones relativas a derechos de paso, ni en mantener
sus pasos derechos siquiera. Fue adentrándose, sin notarlo, en un espacio privado de cesped cuidado, pisando hojas de otoñada y montoncillos de ellas que alguien había juntado, pateándolas por jugar y darle amigas a la suya, única, inconfundible. Iba así absorta cuando se topó con unas altas y lánguidas llamas. Junto a ellas, rastrillo en mano, estaba Pedro, contemplando su fogata otoñal. Miró profundamente a Marisa y enseguida comprendió su juego, y lo que estaba por suceder. Marisa y Pedro se conocían bien, sólo de verse ir y venir por las calles en sus respectivos quehaceres cotidianos. Marisa también vislumbró lo que estaba por suceder y supo que no era hora de oficiar de santa ni de salvadora. La hoja quedó atrapada en un remolino de aire caliente, subió y subió en frenética danza espiralada, hasta alcanzar el cénit de la llama, que relamida de apenas un salto la alcanzó y le dió su beso, pasión que funde y disemina en el aire sus frutos. Marisa y Pedro permanecieron cabizbajos mirando la fogata. Marisa, sin mirar a Pedro pero sintiendo su calor, susurró "Sospecho que hoy me convierto en alma..." Pedro estrechó su cintura y sembró su beso al calor de los cabellos de ella, en el surco que comienza en la base del lóbulo, y termina en los profundos pliegues del paraíso. Estremecida Marisa se dejó llevar por el camino del beso convirtiéndose en canción enamorada.

"Fue el día en que ocurrió la verdad hechizada: la melodía y el alma enamoradas
El alma con canción iluminó su hogar, y la canción con alma echó a volar.
Desde entonces las dos vivieron más despacio, a pesar de su tiempo y de su espacio.

Sospecho que hoy empiezo a ser canción, y tengo la impresión de que seré tu sol si logro ser tu canto."

"Si seco un llanto", Silvio Rodriguez, álbum Dominguez.

sábado, 5 de julio de 2008

Compassion Vindicated

Feeling a worthy part of the whole,
distinct and thorughly connected.
Joyfully being a perfect tool meant to make goodness happen.