martes, 4 de septiembre de 2007

EL CORAZÓN ADMINISTRADO

Enantiodromia es el principio según el cual los opuestos, en sus extremos, tienden a convertirse en el otro. Es la velocidad de los opuestos. Es complementariedad en términos dinámicos. La razón por la que la historia es una sucesión de golpes y contragolpes, la razón del péndulo, lo que hace que una empática elipsis muera en una aburrida y autoritaria recta, más dinámica y menos contemplativa. Acción y contemplación se amarán luchando.


Al análisis tópico y dinámico de la conciencia y las funciones cognitivas (memoria, atención, lenguaje), lo
transversaliza, lo urde, la enantiodromía. Esto es el principio de una física del autoritarismo. El autoritario no quiere perder... y por eso pierde contacto con sus sentimientos y se cobija en un castillo de soberbia, un mundo de fantasía donde él es emperador. Y así decide cual corazón pesa menos que una pluma y es admitido en el palacio, o cae a los infiernos a alimentar por siempre las llamas que calefaccionan su portentosa morada (condenada por la propia física a ser irrevocablemente gélida: un palacio de cristal no podrá ser cálido jamás)

Pero no olvidemos que el propio autoritarismo se incrusta en el centro de la necesidad de placer, en reinos del amor. Que ambos reinos, el de las emociones y el de la ley de la razón, miden lo mismo y son liminocéntricos, para cuando descubrimos la tercera capa. Es que la propia conciencia en cada una de sus funciones es liminocéntrica.

Tratando de superar la ambigüedad del personaje, es que fallamos. El hambre mueve hasta que mata. El rey malhumorado se queda solo y se muere de aburrimiento. Recordar es haber prestado atención, y poder narrar lo que pasó. Deseamos, representamos nuestros objetivos para irlos alcanzando, visualizamos el futuro que deseamos y caminamos incansablemente. Es la necesidad de estar al acecho.

Ojo liminocéntrico de Escher

Enantiodromía, según Heráclito ley natural, es progresar hacia el opuesto. Las cosas tienden a ir moviendose hacia el extremo opuesto, luego ocurre una reacción que impulsa el contra-movimiento.

Decimos querer moderarnos, famélicos de deseo. Lo cierto es que somos jueces y criminales de nuestra propia esencia. Y no podemos -ni debemos- dejar de serlo.

La tensión entre los opuestos en la psique humana individual es parte de la naturaleza básica de la mente. Cada pensamiento atrae su objeto, y su opuesto. Todo temor grita un deseo inconsciente, complementario y no simplemente opuesto a él. El temor completa el deseo en el logro del objetivo. El temor al fracaso hace un poco por lograr el éxito, y así también lo boicotea. De la indiferenciación brota y se eleva el amor, para llegar a su punto opuesto y morir en otro estadio de indiferenciación.

La ambigüedad nos constituye en ritmo y contenido, pero representada en forma inconsciente -en especial con proyecciones hacia otras personas que manifiestan aspectos de nuestra sombra- y puede conducir a grandes tragedias humanas.

Más que una hermenéutica, necesitamos una erótica del arte. Decía Susan Sontag. Una erótica de la vida, de nuestro conducirnos por ella acechando nuestras emociones. Si como dice Stephen Hawkings, las leyes de la biología pueden reducirse a las de la química, y las de la química a las leyes de la física... deberíamos centrar nuestras observaciones en las fuerzas que nos impulsan, el dato más auténtico y primitivo, cada una de nuestras sensaciones. En este camino es que encontramos al sexo como avenida de crecimiento.


INDIOS

Hay momentos en la vida en que uno recurre al diván de los disfraces. Son esas etapas en las que el pelo cambia frecuentemente de color y forma, y paso de ser gris o marrón a ser roja, amarilla y verde... o toda violeta... de ser agua a ser fuego, de ser vaca a ser pantera o pajarito o junco. Es el momento de tomarse unas buenas vacaciones de una misma, a ver si cambiamos la pisada. Y por supuesto, todo esto viene relacionado a momentos del ciclo lunar.
Lo cierto es que menstruar es fabuloso. Hoy siento que mi cuerpo se desintoxica, como mi voluntad y mi corazón. Entonces hago mi danza ritual en la tierra, que en mi tierra es arena, y dibujo con mi sangre menstrual un círculo de poder, y cada poro de mi piel pide agua de lluvia, lluvia que caiga sobre las hojas y las olas y las alas, lluvia que empiece justo cuando acabo de bailar y me regale la mañana más luminosa.


INDIOS -- LEGIAO URBANA
Quem me dera, ao menos uma vez
Ter de volta todo o ouro que entreguei
A quem conseguiu me convencer
Que era prova de amizade
Se alguém levasse embora até o que eu não tinha.
Quem me dera, ao menos uma vez,
Esquecer que acreditei que era por brincadeira
Que se cortava sempre um pano-de-chão
De linho nobre e pura seda.
Quem me dera, ao menos uma vez,
Explicar o que ninguém consegue entender:
Que o que aconteceu ainda está por vir
E o futuro não é mais como era antigamente.
Quem me dera, ao menos uma vez,
Provar que quem tem mais do que precisa ter
Quase sempre se convence que não tem o bastante
E fala demais, por não ter nada a dizer
Quem me dera, ao menos uma vez,
Que o mais simples fosse visto como o mais importante,
Mas nos deram espelhos
E vimos uma mundo doente.
Quem me dera, ao menos uma vez,
Entender como só Deus ao mesmo tempo é três
E esse mesmo Deus foi morto por vocês
É só maldade então, deixar um Deus tão triste.
Eu quis o perigo e até sangrei sozinho.
Entenda - assim pude trazer você de volta para mim,
Quando descobri que é sempre só você
Que me entende do início ao fim
E é só você que tem a cura do meu vício
De insistir nessa saudade que eu sinto
De tudo que eu ainda não vi.
Quem me dera, ao menos uma vez,
Acreditar por um instante em tudo que existe
E acreditar que o mundo é perfeito
E que todas as pessoas são felizes.
Quem me dera, ao menos uma vez,
Fazer com que o mundo saiba que seu nome
Esta em tudo e mesmo assim
Ninguém lhe diz ao menos obrigado.
Quem me dera, ao menos uma vez,
Como a mais bela tribo, dos mais belos índios,
Não ser atacado por ser inocente.
Eu quis o perigo e até sangrei sozinho,
Entenda - assim pude trazer você de volta para mim
Quando descobri que é sempre só você
Que me entende do início ao fim
E é só você que tem a cura do meu vício
De insistir nessa saudade que eu sinto
De tudo que eu ainda não vi.
Nos deram espelhos e vimos um mundo doente -
Tentei chorar e não consegui