jueves, 11 de septiembre de 2008

¡Ay Pedazo de Mi!

Dice el Talmud, compendio de sabiduría y sentido común del pueblo judío, y patrimonio universal, que al que reflexione sobre estas cuatro cosas, más lo hubiera valido no nacer: lo que está arriba, lo que está abajo, lo que está antes y lo que está después.
La subjetividad es un pliegue del afuera en el adentro, del adentro en el afuera... hasta llegar a la indiferenciación, utilidad limitada o franca banalidad de la dicotomía adentro/afuera, propio/ajeno. A fin de cuentas somos células de la Madre Nuestra, que estás en los suelos, transparente y venerado sea tu nombre, Pacha Mama, vejada, sabia y eterna. Si: eterna.
Somos algo que en eso de asimilar y acomodarse que es la adaptación, va plegándose y volviéndose a plegar de muy particulares maneras, configuraciones origamizadas del mundo propio, y supuesto.


Durante la cena, que mi hijo quizo hacer especial, con velas y mi mejor vajilla y al son del piar de los dos pollitos que se trajo de souvenir del cumpleaños de un amigo, mi hijo comentó que en el cumple de esta tarde le había pasado algo que le había despertado una gran curiosidad, o mejor dicho, una gran necesidad de comprender. Concurrió a dicho evento su "archienemigo" del año pasado; niño agresivo y problemático que el pasado año transitaba el divorcio de sus padres y una mudanza a mitad de año que tuvo como consecuencia que el niño no volviera (para mi gran jolgorio) este año al colegio. Lo cierto es que no lo habían visto desde hace casi un año. Y esta niña que alegremente dice ser la novia de mi hijo le dijo:
-Ahora me despido, porque vino Francesco. ¿Por qué dijo "ahora me despido"?- se pregunta atormentado y agarrándose la cabeza, mi hijo. Eso es lo que no entiendo.
-¿Y que sentiste?- le pregunté yo.
-Un gran dolor en mi corazón.- Ante semejante respuesta, mi corazón se estrujó todo, y en mi mente me veía retorciéndole el cogote a la maldita demonia de 7 años.
-¿Querés que la mate?
-¡No! Eso haría que el corazón me doliera muchísimo más.
-¿Y que hiciste después?
-A ver mamá... ponete en mi cabeza. ¿Que puede haber hecho tu hijo de 7 años cuando su novia se va con otro?
-Mmmmm... darte media vuelta e ir a jugar al futbol.
-¡No! ESPIARLOS, por supuesto. Y anotar en mi mente todo lo que hacían y decían.
-¿Y que viste?
-Nada. Ella me vió y ahí me fui a jugar al futbol. Después me lastimé jugando, y me puse a llorar, y seguí jugando, y me lastimaron de nuevo y de vuelta me puse a llorar, y vinieron dos nenes grandes y me preguntaron si quería que llamaran a mi mamá para que me viniera a buscar, y dije que no.
Pero ya pensé lo que voy a hacer... el lunes le voy a decir que mi corazón es todo de ella, y que quiero estar unido a ella para siempre.
-No!! Todo la contrario! El lunes tenés que decirle... "Ahora me despido. Me voy a jugar con Dolores"
-¿Por qué voy a hacer eso?
-Para que sienta lo que tu sentiste. PARA QUE SUFRA, LA MUY MALDITA.
-Mamá! Estás diciendo boludeces! ¡No es maldita, es mi novia y yo la quiero! ¿A ti te gustaría que yo te hiciera eso? Yo hice un juramento: nunca pegarle a una nena, y nunca darle celos.

Que definitivamente me parece muy bien que no le pegue, que para eso estoy yo... y la conversa siguió, en mis intentos de hacerlo comprender que las personas más valoramos lo que estamos a punto de perder, pero finalmente desistí de torcer a mi angelito que vaya a saber por cuales vericuetos evolutivos me fue a salir tan sensible y emocionalmente inteligente, quizás por ser testigo de los errores groseros que su madre ha cometido en materias de amor, una y otra vez. Y tampoco quería legarle la cantinela como "Como quieres que te quiera..." que de chiquitos nos enfila alegremente por el camino de la histeria y la desesperación. A fin de cuentas, si quiero al que no me quiere, más que un impedimento para seguir amando, ha de ser un talento.
Felipe cerró el tema concluyendo que está muy bien que su novia se ocupe de sus propios intereses y actividades, segura de que él siempre estará ahí para ella; mientras él hace lo propio. Y se arrodilló junto a la puerta, con un control remoto, y dijo que iba a hacer explotar la casa de mi novio imaginario, porque hace mal tener amores imaginarios.

"Los inviernos de una noche, mañanas que fueron.
Y ahora déjame sangrar en tus infiernos.
Las semillas de tu encanto van creciendo.
Vivo fuertes madrugadas que al otro día siento.

Piel de oro, rojo enfermo, el amor ambidiestro.
De la luz hacia lo oscuro, magia veneno.
De lo oscuro hacia la luz todo nuevo.
Respirarse, emborrachar, morir y seguir viviendo.

Veo en partes lo que tú ves, quieras o no estás adentro.
Veo en partes, no sé si ves, entre lo dicho y lo hecho.

Veo en partes lo que tú ves, quieras o no estás adentro.
Veo en partes, no sé si ves, entre lo dicho y lo hecho.

Los amores, el derroche, los finales abiertos.
Lo que habita en otros lados y aun no conocemos.
Lo que pides lo que puedo, lo que queda en intentos.
Todo a punto de alterarse siempre a todo momento.

Vuelto otro alter ego, el costado siniestro.
De la luz hacia lo oscuro, magia veneno.
De lo oscuro hacia la luz, todo nuevo.
Respirarse, emborrachar, morir y seguir viviendo.

Veo en partes lo que tú ves, quieras o no estás adentro.
Veo en partes, no sé si ves, entre lo dicho y lo hecho.

Veo en partes lo que tú ves, quieras o no estás adentro.
Veo en partes, no sé si ves, entre lo dicho y lo hecho.

Veo en partes lo que tú ves, quieras o no estás adentro.
Veo en partes, no sé si ves, entre lo dicho y lo hecho.

Veo en partes lo que tú ves, quieras o no estás adentro.
Veo en partes, no sé si ves, entre lo dicho y lo hecho.


CATUPECU MACHU, MAGIA VENENO