miércoles, 12 de diciembre de 2007

Inventario en cenizas


Giró bruscamente e hizo su descargo sobre el cuerpo de ella, que quedó hecha polvo, si, pero polvo reflexivo. ¿Por qué tanta virulencia? Se preguntó ella, casi como siempre.
Adoró él, esa caracteristica levedad de ella. Podía caerle un rascacielo y ella allí, tan pensando y quieta. Tan erizo él, tan creyéndose mulita. Tan ballena siendo y soñándose libélula, ella allí parada soñándose en pedazos. Llorona como un bloque de hielo, sonriendo a los amables, esquiva con los desconfiados, y cantando solo contra muestra.
Deseando ella y añorando él, futuro y pasado para cada cuenta, pasando el lapiz sobre llegadas y fracasos, y por arrancar la última hoja del calendario.

Quemar, quemandose, quemando... por celebrar la huella de tu presencia en mi vida.