martes, 14 de agosto de 2007

LOS COMPLEMENTARIOS.
Antonio Machado y Johannes Itten revisited.

Antonio Machado nos habla del espíritu superficial de la persona que no se
sabe máscara o de la máscara que no se sabe persona. Dice en Los complementarios,

«Nuestro espíritu contiene elementos para la construcción de muchas
personalidades, todas ellas tan ricas, coherentes y acabadas como
aquella -elegida o impuesta- que se llama nuestro carácter»

Dos colores son complementarios cuando están en lados opuestos de la rueda de color.
Si se ponen juntos dos colores complementarios, ambos parecen más brillantes. El color complementario de un color primario, es el que se obtiene mezclando los otros dos. Rojo: Verde Amarillo: Violeta Azul: Naranja.

Los colores complementarios adyacentes se encuentran a la izquierda y a la derecha del complementario, estos ofrecen una paleta audaz y atrevida. Los colores adyacentes poseen aires de familia, y forman las llamadas armonías análogas.

Cuando proyectamos una obra -de cualquier naturaleza-podemos escoger, para su ejecución, el esquema de colores análogo usando colores vecinos del círculo cromático que tienen un color como común denominador.
También podemos usar el esquema del color complementario - dividido que, usa cualquier color del círculo cromático en combinación con dos que son análogos de su complementario.

Dos colores complementarios originan una curiosa mezcla. Se oponen entre sí y exigen su presencia recíproca. Su acercamiento aviva su luminosidad pero al mezclarse se destruyen y producen un gris, como el agua y el fuego.

Existe en el universo una tendencia al equilibrio, y a la afimación individual. A esta tendencia debe su efecto particular el contraste cuantitativo. El color minoritario, en peligro, se defiende a su manera haciéndose relativamente más luminoso que cuando está presente en igual cantidad.

Fisiológicamente la imagen residual (posimagen negativa retiniana) pone en evidencia un hecho extraño e inexplicable: para un color dado, nuestro ojo exige su color complementario y, si no se le da, lo produce por sí mismo. Usted lo puede experimentar observando prolongadamente una superficie amarilla sin parpadear y luego desviando la vista hacia una superficie blanca.

Los colores complementarios, utilizados en las proporciones requeridas, engendran un efecto estático y sólido. Cada color conserva su luminosidad sin modificaciones.
No obstante, cada par de colores complementarios guarda sus propias características. Así, la composición amarillo : violado no sólo contiene un contraste complementario sino también un contraste claro-oscuro muy pronunciado. El par rojo-anaranjado : azul-verde es complementario pero, además, expresa el grado más fuerte del contraste caliente-frío. Los colores rojo y verde son complementarios, son igualmente claros y su luminosidad es la misma.

Cada cosa que existe en este mundo necesita su par complementario. Seamos colores, ángulos, números, bienes, sintagmas, figuras geométricas o personas... precisamos aquel otro, y sólo aquel, que le hace a nuestra integridad, junto a quien logramos plenitud y sentido de ser y estar. Juntos, pero no entreverados. Comprometidos cada quien con su misión.