viernes, 24 de diciembre de 2010

SOLSTICIO DE VERANO




La luna lució esa noche su mejor cara.
Tenía cita con el sol en la sierra encantada.
 
Llegó puntual y espléndida a la cita soñada
Pese a todo consigue apenas rozar su falda.
"No te alcanzo, no me alcanzas"
se duele acovachada, murmurando
sobre miedos y deseos como jaulas.

El sol se se demora en llegar la siguiente mañana
Ya la noche despechada, le ha dado la espalda.
El día ríe a carcajadas de la noche alunada
Algunas veces llueve, por no poder acompañarla.

Hoy la noche y el día son de potencia exacta
sus deseos, uno solo, cual velódromo flotante
promesa cierta de que lo que es, fue y será igualmente:
el tiempo un collar del que somos una cuenta.

Mercedes Bocage