miércoles, 26 de septiembre de 2007

DEFENDERSE NO ES PELEAR




Vengo de una conversación profunda con mi hijo de 6 años. La maestra me mandó una carta contándome que había estado peleando con otros dos, y que estas peleas son cada vez más frecuentes, llegando a herir seriamente a uno de sus amigos. Sus amigos.

Soy una persona pacífica, y también lo es su padre. Me cuesta mucho digerir esta información y encontrar el mejor enfoque para el problema. Una de las cosas que no entiendo es que estos episodios de violencia sucedan, justamente, entre amigos. Y me di cuenta que son nuestros amigos, nuestros afectos, quienes mejor pueden herirnos.

Así es que conversando con Pipe, llegamos a un punto interesante: los demás lo molestan, le pegan y le dicen cosas que no le gustan. Y él se defiende. Defenderse es pelear.

"Casualmente" yo también estoy pasando por un momento dificil: alguien que quería me hizo algo que sentí como una agresión. Así que me puse agresiva... y pasé unos días bastante atormentada, hasta que hablando con un amigo comprendí que debía desligarme de la agresión del otro, más allá de comprender o no... simplemente alejarme afectivamente de la situación y dejar que las cosas decanten, que se separe la tierra del agua, y agradecer la oportunidad de descubrir quien es quien.

Felicité a Pipe por su razonamiento, y lo corregí. Fuimos a hablar con su profesor de taekwondo, y él agradeció a Pipe por su idea: hay una gran diferencia entre defenderse y pelear, e iba a resultar muy util para los demás hablar de esto en la clase. Pipe se entusiasmó: mucha gente no sabe esto, me dijo, podríamos escribirlo en muchos papeles y hacer un mailing (textuales palabras), para que se enteren.

Defenderse no es pelear. Defenderse tiene que ver con mantener la propia integridad, y es liberarse y protegerse de las agresiones. Pelear es involucrarse en una relación que no puede más que degradarnos.




Como decía Kafka, Uno de los medios más eficaces de seducción que tiene el mal, es la invitación a la lucha.

SOUL HOUSE

"Entro y salgo de muchos mundos."

-Joy Harjo, CREEK/CHEROKEE

En mi mente existen muchas moradas. Cada una de esa moradas las creamos nosotros mismos -la casa de la ira, la casa de la deseperación, la casa de la auto compasión, la casa de la indiferencia, la casa de lo negativo, la casa de lo positivo, la casa de la esperanza, la casa del gozo, la casa de la paz, la casa del entusiasmo, la casa de la cooperación, la casa del dar. Visitamos cada una de estas casa cada día. Podemos permanecer en cualquiera de estas casa tanto tiempo como queramos. Podemos también salir de estas casa mentales en cualquier momento que lo decidamos. Somos nosotros quienes creamos nuestra morada, quienes nos quedamos en la morada, quienes salimos de la morada en cualquier momento que lo decidimos. Y podemos crear nuevos cuartos, nuevas casas. Siempre que entramos en estas moradas, éstas se convierten en nuestro mundo, hasta que las cambiamos por otras. ¿En qué mundo viviremos el día de hoy?