Son sólo juegos. Jamás posó sus ojos sobre un reglamento, y sobrevolaba cada partida como si fuera espectadora imparcial de su doble jugando.
Durmió otro rato. Cuando despertó, la sombra la encontró empachada y perdida.
Durmió otro rato. Cuando despertó, la sombra la encontró empachada y perdida.
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