martes, 9 de octubre de 2007


El ave estúpida y soberbia sobrevuela la agresión, y hasta donde puede, el dolor. El ave indefensa, libre y amorosa sobrevuela la agresión, y hasta donde puede, el dolor.
El ave con su vista aérea se alimenta de lo subterráneo.
No seré ave, me repugna su alimento. Más vale tener los pies en la tierra, y la lengua en las nubes.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Mecha, linda la metáfora. Pero no. Las aves vuelan, es cierto, pero viven también su dolor, cada una a su manera. El águila, p.e., debe literalmente romper su pico contra la piedra cuando éste crece y amenaza su propia existencia. Luego de este impasse el águila madura. De igual modo cada persona tiene su sufrimiento, y no sólo aquellas que lo manifiestan de un modo evidente.